Cómo hacer que el ejercicio sea compatible con la psoriasis
Hacer ejercicio si padeces psoriasis puede ser un desafío, no solo a nivel físico sino también emocional. Sin embargo, con las estrategias adecuadas, la actividad física puede convertirse en una parte valiosa del manejo de los síntomas de la psoriasis y la mejora del bienestar general. En esta publicación, analizamos cómo adaptar las rutinas de ejercicio para que sean compatibles con la psoriasis y promuevan la salud y el bienestar de la piel.
1. Elija actividades de bajo impacto: comience con ejercicios de bajo impacto que minimicen la fricción y la sudoración, que pueden irritar las placas de psoriasis. Actividades como el yoga, la natación y el ciclismo pueden ser excelentes opciones, ya que reducen el traumatismo cutáneo y es menos probable que provoquen brotes.
2. Use ropa adecuada: opte por telas sueltas y transpirables que absorban la humedad de la piel para ayudar a prevenir la irritación. Las prendas confeccionadas con fibras naturales como el algodón suelen ser más cómodas y tienen menos probabilidades de causar fricción en la piel en comparación con los materiales sintéticos.
3. Use cremas protectoras o humectantes: antes de hacer ejercicio, aplique una capa fina de crema protectora o humectante para proteger las áreas sensibles propensas a la fricción o al desgaste. Esto puede ayudar a reducir las rozaduras y el riesgo de que las placas se irriten durante la actividad física.
4. Manténgase hidratado: la hidratación es fundamental, especialmente para las personas con psoriasis. Beber abundante agua antes, durante y después del ejercicio ayuda a mantener la hidratación de la piel y a eliminar toxinas a través del sudor, que de otro modo podrían exacerbar los síntomas de la piel.
5. Controle el sudor y dúchese después del ejercicio: el sudor puede irritar la psoriasis, por lo que es importante ducharse y cambiarse de ropa inmediatamente después del ejercicio. Use jabones suaves y sin fragancia y evite el agua caliente, que puede resecar aún más la piel.
6. Aumente la intensidad gradualmente: si es la primera vez que hace ejercicio o si está volviendo a hacerlo después de un brote, comience lentamente y aumente gradualmente su nivel de actividad. Este enfoque ayuda a que su cuerpo y su piel se adapten sin abrumarlos, lo que reduce la posibilidad de brotes debido al esfuerzo excesivo.
7. Escuche a su cuerpo: Preste siempre mucha atención a cómo reacciona su cuerpo y, lo que es más importante, su piel a las diferentes actividades físicas. Si un ejercicio en particular agrava su psoriasis, considere alternativas que puedan ser más suaves para su piel.
Conclusión: Incorporar el ejercicio a su estilo de vida cuando tiene psoriasis no tiene por qué ser una tarea abrumadora. Si toma medidas meditadas para adaptar su rutina, podrá disfrutar de los innumerables beneficios de la actividad física y, al mismo tiempo, mantener su piel protegida y saludable. Siempre consulte con su proveedor de atención médica antes de comenzar cualquier nuevo régimen de ejercicios para asegurarse de que se adapte bien a su plan general de tratamiento de la psoriasis.
Referencias:
- Fundación Nacional de Psoriasis: Pautas sobre ejercicio para pacientes con psoriasis
- Revista de Dermatología: El efecto del sudor sobre la psoriasis
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